Ingredientes
(para 4 personas):
350 gr. de
fabes, variedad granja asturiana, del cura o de manteca
1 chorizo
1 morcilla
1 trozo de
lacón
1 trozo de
panceta
1/4 cebolla
1 diente de
ajo
1
cucharilla de las de café de pimentón dulce
Agua
mineral (preferentemente agua blanda y de mineralización débil)
Guindilla
cayena (opcional, muy poca cantidad)
Azafrán en
rama
Sal
PREPARACIÓN:
Como en cualquier
receta es fundamental que los ingredientes sean de muy buen calidad.
Antes de proceder a la
preparación, extendemos las fabes sobre una superficie plana y desechamos
aquellas que puedan estar dañadas o manchadas y las lavamos para quitar
cualquier impureza que pudieran tener.
Fabes antes del remojo |
Fabes después de remojar durante toda la noche |
La noche anterior a la
preparación se ponen las fabes en remojo en una olla o bol grande con
abundante agua fría de forma que al absorber las fabes el agua siempre queden
cubiertas. A la hora de elegir el recipiente y la cantidad de agua a añadir tener
en cuenta que las fabes crecen más del doble de su tamaño durante el tiempo que
pasan en remojo.
Lacón y panceta en remojo |
También se debe de
poner a remojo en otro recipiente y con agua templada el lacón y la panceta
para desalarlos.
Al día siguiente escurrimos
las fabas y desechamos el agua. Elegimos una olla grande y alta, echamos en ella
las fabes y añadimos agua (mejor mineral blanda, ya que con este tipo de aguas disminuye
el tiempo necesario para la cocción e incluso influye positivamente en el sabor)
hasta que comprobamos que quedan cubiertas un par de dedos por encima de las
mismas. Añadimos un chorro de aceite de oliva.
Fabes en proceso de cocción, cuando empiezan a espumar |
Ponemos a calentar la
olla a fuego medio-alto, y en cuanto vemos que comienza a hervir desespumamos y
bajamos la temperatura a fuego lento y dejamos cocer un total de unos 20
minutos y dejamos reposar durante 5 minutos.
En otra olla aparte
ponemos el chorizo, la morcilla, el lacón y el tocino a hervir durante un
cuarto de hora para desengrasarlos.
Sofrito de cebolla, ajo, guindilla y pimentón dulce |
Durante este tiempo
picamos la cebolla y el diente de ajo y un poco de guindilla (si se desea que
piquen un poco, pero muy poca cantidad) y lo sofreímos en una sartén con aceite
de oliva virgen. Cuando la cebolla esté pochada, sin que llegue a dorar, se
añade una cucharilla de pimentón dulce y se sofríe, con mucho cuidado de que no
se queme.
Añadimos el chorizo, la
morcilla, el lacón y el tocino a las fabes (el “compango”).
Comienzo de la cocción de la fabada ya con todos los ingredientes |
Una vez listo el
sofrito se añade a las fabas. Se añade también el azafrán triturado y se pone a
cocer a fuego muy lento durante un mínimo de 90 minutos (es muy importante que
la cocción sea muy lenta y el tiempo puede variar en función de la calidad de
las fabas, del la dureza del agua utilizada,… por lo que el tiempo indicado es
solo una referencia). Durante la cocción se debe de añadir varias veces un
pequeño chorro de agua fría para romper la cocción (“asustar” las fabes) y movemos en vaivén
para mezclar (nunca revolver con una cuchara porque se romperían las fabes).
Cuidar que durante la cocción las fabes estén siempre totalmente cubiertas con
agua.
Para una buena cocción
de las fabes es muy importante no echar la sal hasta que estemos al final de la
cocción, ya que sino no cocerán bien y quedarán duras.
En función de lo
tiernas que sean nuestras fabes, éstas pueden estar en su punto
óptimo en más o menos tiempo. Al final de la cocción probamos una faba y
debemos apreciar que su carne está blanda en su totalidad, que no apreciamos
ninguna parte dura. Este es el momento en que estarán en el punto idóneo de
preparación. En este momento añadiremos la sal y después probamos el caldo y
rectificamos de sal al gusto del cocinero/a.
Compango ya cocido y troceado |
Una vez listas las
fabes se saca el compango y se corta en trozos pequeños. Se sirve separado de
las fabes al gusto de cada comensal (se puede comer mezclado con las fabes o
separado, según el gusto personal).
Si se desea que el
caldo de las fabes esté un poco más espeso se pueden sacar unas pocas fabas y
triturarlas para hacerlas puré y echarlo a la olla para engordar el caldo. Esto
según el gusto personal.
Plato de fabas |
Las fabas se sirven en
una sopera o directamente en el plato (hondo) y el compango en una fuente aparte, como
se indicó anteriormente.
Hay que tener en cuenta que a las fabes les sienta bien el reposo,
así que mejor cocerlas con adelanto, incluso el día anterior, y calentarlas
para servirlas (y siempre sin remover con una cuchara).
Plato de fabada con el compango, listo para comer |
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