Esta tarta de queso fue publicada por Cristina Pedroche en su página de Instagram en abril de 2020, durante el período de confinamiento por COVID en España:
https://www.instagram.com/p/B_NBBZrBWDW/?utm_source=ig_embed
Para mí es una de las mejores tartas de queso que existen por su sabor, por su textura y, porque no, por la sencillez de la receta,
INGREDIENTES (para un molde de 26-28 cm de diámetro):
Para la crema:
500 gramos de queso crema (mascarpone, Philadelphia,…)
250 gramos de nata con 35% de materia grasa
5 huevos
100 gramos de queso fresco (queso fresco, mozzarella,…)
80 gramos de queso parmesano rallado
170 gramos de azúcar (según el gusto, en la receta original son 200 g)
Una pizca de sal
10 gramos de harina (maicena, de trigo,... que añadiremos y mezclaremos al final)
Para recubrir el molde:
Galletas de maría (yo utilizo las de sabor canela)
La mantequilla necesaria para hacer el fondo de galleta
PREPARACIÓN:
Empezamos triturando las galletas hasta que se hagan polvo. A continuación vamos mezclando poco a poco con mantequilla fundida hasta que queda una pasta que será la base de nuestra tarta.
Forramos el molde con un papel de horno previamente mojado con agua para que la tarta no se pegue (además con el papel mojado resulta mucho más fácil adaptarlo al molde). En el molde, sobre el papel de protección, ponemos esta base de galletas (dejarla fina, con unos 5 mm es más que suficiente).
y lo mezclamos todo bien con una batidora.
Cuando la crema esté bien mezclada añadimos los 10 g de harina y la mezclaremos con una espátula o unas varillas para que se integre bien en la mezcla.
Añadimos esta mezcla dentro del molde que hemos recubierto con la pasta de galletas preparada anteriormente.
Precalentamos el horno con ventilador a 190ºC.
Cuando el horno haya alcanzado esta temperatura meteremos el molde con la tarta con cuidado que el líquido no se nos caiga.
Horneamos durante 30 minutos a la temperatura indicada.
A los 30 minutos pasamos a posición grill, con la máxima potencia, para gratinar la superficie durante 3-4 minutos. Éste es el punto más delicado de toda la elaboración porque si nos pasamos con el tiempo se nos quemará la superficie de la tarta, así que hay que vigilar de continuo y en cuanto veamos que la superficie está un poco dorada o que algún punto de la superficie se empieza a quemar debemos de sacar la tarta del horno inmediatamente.
Una vez fuera del horno dejaremos reposar la tarta un mínimo de 3 horas en un lugar fresco (o en la nevera).
Mi recomendación es comer esta tarta a temperatura ambiente, sin meterla en la nevera, ya que así la tarta quede mucho más cremosa, especialmente por la parte central donde la crema queda como "fundida".
No hay comentarios:
Publicar un comentario