150 ml leche entera
130 ml agua tibia (cantidad a ajustar) si se utiliza aceite de oliva y 150 ml con mantequilla
10 g levadura de panadería o 4 g levadura seca
2 huevos batidos
20 g de azúcar
10 g de sal fina
25 g de aceite de oliva virgen extra (o 25 g de mantequilla)
1 huevo para barnizar
Semillas de sésamo
PREPARACIÓN:
Templamos la
leche, le añadimos la levadura y lo batimos un poco para que se disuelva. Dejamos
reposar unos minutos para que la levadura empiece a levar.
Templamos el
agua.
En un bol
ponemos la harina y le añadimos el azúcar, la sal, los huevos batidos y el
aceite de oliva virgen extra (o bien la mantequilla a temperatura ambiente).
Empezamos a batir para que se vaya mezclando todo, añadiendo poco a poco la
leche con la levadura. Después vamos añadiendo el agua templada en la cantidad
necesaria para que nos quede una masa homogénea, ni muy sólida ni muy húmeda.
Si nos pasásemos con los líquidos ajustaríamos añadiendo un poco
más de harina.
Con una
batidora y utilizando el gancho de amasar batimos a velocidad media (3) durante
10 minutos. Si lo hacemos a mano nos llevaría unos 20 minutos, añadiendo un
reposo de 10-15 minutos a la mitad del amasado.
Trabajamos
un poco más la masa con las manos y formamos una bola. Cogemos un cuenco y lo
untamos con aceite y colocamos en el mismo la bola que formamos con la masa. La
untamos también con aceite por la superficie.
Tapamos con
un film de plástico cubriendo sobre la superficie de la masa y
dejamos reposar hasta que la masa doble, como mínimo, su tamaño. Este proceso
llevará una o dos horas, dependiendo de la temperatura ambiente.
Una vez que
la masa haya duplicado su tamaño la sacamos del bol y la manipulamos para
quitarle las burbujas de su interior y formamos un rollo regular para
poder cortarlo en trozos más o menos iguales.
Dividimos la
masa en seis porciones iguales.
Con cada
porción formamos una bola uniforme y las colocamos sobre papel vegetal en la
bandeja que vayamos a utilizar para el horno.
Volvemos a
dejar la masa fermentar de nuevo hasta que los panecillos
vuelvan a doblar su volumen.
Precalentamos
el horno a 200ºC con calor arriba y abajo (no con ventilador) antes de meter
la bandeja en el horno.
Mientras
calienta el horno, con cuidado de no deformar los panecillos,
pintamos la superficie de los mismos con un huevo batido y los
espolvoreamos con las semillas de sésamo.
Horneamos
los panes durante unos 15-20 minutos, hasta que queden dorados (si
viésemos que se nos pueden quemar habría que cubrirlos al final con papel de aluminio).
Cuando estén
listos se sacan del horno y se colocan sobre una rejilla para que enfríen
antes de su consumo.
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