INGREDIENTES (para 2 pizzas):
Para
la masa:
250 ml de
agua potable del grifo a temperatura ambiente
3 g de levadura seca de pan (o 9 g de levadura fresca de
panadería)
400 g de harina de fuerza
10 g de sal
Para
la cobertura:
Tomate
natural triturado o salsa de tomate casera
Queso suave
que funda (ejemplo mozzarella, previamente cortado y dejándolo sobre un colador
para que suelte el exceso de líquido)
Queso parmesano rallado (opcional)
Ingredientes
según gusto para la cobertura: jamón york, champiñones, bonito,
Orégano
Albahaca fresca
ELABORACIÓN:
MASA:
Añadimos
en un bol el agua a temperatura ambiente y la levadura seca. Con la ayuda de
unas varillas mezclamos bien hasta que la levadura quede totalmente integrada.
Añadimos
la harina, mejor tamizada previamente, y, por ejemplo con la ayuda del gancho
de la batidora, se mezcla con el agua. A continuación se añade la sal y se
mezcla también manualmente.
Después
amasamos con la batidora a velocidad media, por ejemplo velocidad 3, durante 10
minutos. Si se amasase a mano habría que hacerlo durante 15 ó 20 minutos,
dejando un intervalo de reposo de unos 10 minutos a la mitad del amasado.
Sacamos
la masa del bol.
Añadimos
un poco de aceite en el bol y lo repartimos sobre la superficie con una brocha.
Boleamos
la masa de pan hasta formar una bola homogénea, procurando que los pliegues
queden bien cerrados.
Colocamos
la bola dentro del bol, untando la superficie previamente con el aceite que
habíamos puesto en el bol.
Lo
cubrimos con un plástico y dejamos reposar como mínimo durante 4-6 horas, hasta
que el volumen, como mínimo, se triplique. Cuando la masa esté lista la sacamos
del bol y la dividimos en dos partes iguales.
Cada
trozo de masa lo plegamos y lo vamos voleando hasta formar dos bolas iguales.
Cogemos
dos boles pequeños y los untamos con aceite. Colocamos en ellos las dos bolas
que acabamos de formar, cubrimos con un film de plástico, apoyado en contacto
con la masa, y colocamos dentro de la nevera, mínimo 12 horas aunque lo ideal
es entre 24 y 48 h.
Una
vez fermentada la masa colocar la bola sobre una superficie previamente
cubierta con harina (abundante), se espolvorea toda la bola con harina y se
empieza a estirar la masa desde el centro hacia el borde, pero siempre sin
tocar el borde que quedará más grueso.
Cuando
la masa esté al tamaño deseado se añadirán los ingredientes para la pizza, por ejemplo salsa de tomate, queso mozzarella bien cortado
en trozos, a mano, o rayado. Es importante dejar escurrir la mozzarella después
de partirla para que suelte el exceso de líquido.
Se
puede añadir también un poco de queso parmesano rallado, según el gusto
personal.
Después
colocar los ingredientes deseados: jamón york, champiñones, atún,…
Tener
en cuenta que es muy importante no pasarse con los ingredientes a añadir sobre
la masa, ni en cantidad ni en mezclar distintos ingredientes. La pizza debe ser
un plato sencillo.
El horno se pondrá a la máxima temperatura posible. Si se tiene una piedra para la pizza sería de gran ayuda para una mejor cocción de la pizza.
El
orégano y las hojas de albahaca frescas se pondrán después de sacar la pizza del horno.
"TRUCO"
Uno de los problemas que se plantea al hacer una pizza casera es que nuestro horno de cocina alcanza una temperatura máxima, generalmente, entre 200 y 250ºC solamente, mientras que los hornos "industriales" de los restaurantes operan a temperaturas entre 450 y 500 ºC, siendo capaces de cocer la pizza en solo unos pocos minutos.
El problema con el que yo me encuentro en el horno casero es que, aparte de necesitar una cocción más larga, del orden de 15 minutos, en la parte central de la pizza la masa de pan no me queda bien hecha, es más bien blanda y apelmazada que fina y crujiente.
Lo que hago para mejorar esta situación es hacer la cocción en dos partes: en una primera, de 8-10 minutos, pongo solo la masa con la salsa de tomate y pongo a cocer la pizza en la parte más baja del horno con calor arriba y abajo. Transcurrido este tiempo saco la pizza del horno, el mínimo tiempo posible, le añado el resto de ingredientes y la vuelvo a meter al horno, esta vez en la parte superior y continuando con calor arriba y abajo.
La pizza estará lista cuando los bordes de la masa esten dorados y empezando a quemarse por algún punto. Por supuesto, la parte central deberá tener el queso totalmente fundido. Es importante vigilar el punto final de cocción que puede variar de un horno a otro o de una pizza a otra.
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