INGREDIENTES
Aceite de oliva virgen extra (AOVE)
Semillas de girasol u otro fruto seco triturado en tamaño gran pequeño, pero no en polvo (nueces, almendras,…)
Uvas pasas sultana sin semillas
Crema de vinagre de Módena o de Jerez
Queso azul, parmesano, feta,… al gusto
PREPARACIÓN:
Lavar bien el calabacín y cortarle los extremos.
Con la ayuda de una mandolina cortamos el calabacín en rodajas lo más finas posibles, pero asegurando que la rodaja siempre salga entera. Yo lo consigo con un espesor de unos 3 milímetros.
En una fuente, con la ayuda de un pulverizador o un dosificador, distribuir un poco de aceite de oliva virgen extra por todo el fondo.
Colocar las rodajas cortadas de calabacín en la fuente de forma que se solapen solo parcialmente.
Volver a pulverizar o dosificar aceite por encima de las láminas de calabacín, asegurándose que todas ellas reciben algo de aceite.
Añadir la crema de vinagre de forma que cada rodaja reciba al menos una gota de la misma.
Repartir por encima las semillas de girasol, también bien repartidas.
Añadir el queso azul cortado en pequeños trozos o el parmesano rallado sobre toda la superficie.
Por último colocar las uvas pasas, asegurándose también de cada rodaja tiene al menos una pieza sobre ella.
Dejar macerar todo durante unos minutos y el plato estará listo para servirse.
Nota: Aquí he indicado
que la preparación se hace sobre una fuente pero también se podría hacer
directamente en platos individuales listo para servirse.
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